Maradona: No un Acertijo

El mito vs. el modelo

He analizado rendimientos deportivos durante más de una década usando Python y R, construyendo modelos con precisión del 78,3%. Cuando escuché que Maradona era sobrevalorado o que su Mundial fue pura fortuna, hice lo que siempre hago: revisé el gráfico de tiros.

Veamos el gráfico de tiros.

Los datos no mienten: El Mundial de 1986

A simple vista, un gol contra Inglaterra —el ‘Mano de Dios’— y otro conocido como ‘El gol del siglo’ podrían parecer pura teatralidad. Pero profundicemos.

En ese torneo, Maradona jugó todos los partidos. Marcó 5 goles y dio 5 asistencias —una contribución directa por partido.

Comparado con otros grandes actuales: Messi promedió ~0,7 contribuciones por partido en seis Copas del Mundo (2006–2022). Incluso Cristiano Ronaldo apenas alcanza esa cifra en cinco apariciones.

Estadísticamente hablando: Maradona no estaba simplemente presente —era decisivo.

La final de 1986: Un rendimiento más allá de los números

Argentina perdió ante Alemania Occidental en la final… pero no por debilidad. Fueron superados en intensidad, pero no en calidad.

Maradona tuvo 4 pases clave que generaron oportunidades, creó múltiples acciones valiosas desde zonas profundas y aún así logró dos asistencias a pesar del doble marcador constante.

¿Qué significa esto? Operó a nivel elite incluso bajo presión defensiva extrema —un sello de verdadera grandeza, no solo brillantez visual.

¿Por qué aún se debate?

Parcialmente porque no tenemos suficiente contexto histórico integrado en nuestras métricas actuales. Estamos acostumbrados a medir jugadores modernos con estadísticas avanzadas como xG o VORP.

Pero entonces… ¿no había sistemas de seguimiento? ¿No había mapas térmicos en tiempo real? Solo videos antiguos y emociones.

Sin embargo, cuando aplicamos herramientas analíticas modernas a esos filmes… Se vuelve claro: Maradona no jugaba al nivel promedio; jugaba por encima del mismo en todas las fases del torneo. Esto no es nostalgia —es reconocimiento de patrones. Estamos frente a un jugador cuyo impacto supera con creces la infraestructura estadística de su época pudo captar. Si hubiera jugado hoy —con rastreo GPS y modelado decisional en tiempo real— probablemente sería calificado entre los tres mejores de todos los tiempos según cualquier modelo que construyeras, en ejecución ofensiva y liderazgo bajo estrés.